viernes, 5 de agosto de 2011

EL BOBO

                             EL BOBO.

En el país de Los Charlatanes, había una ciudad, llamada Los Inteligentes, porque decían tener un nivel intelectual superior a cualquier persona, pero como castigo nació un niño que a sus   dos años se golpeó la cabecita y duró enfermo casi un año, mas quedó con trauma  para caminar y hablar. Su nombre era  Orlando y su madre Erika lo sobreprotegía  tanto que no le permitía jugar con tierra, agua, piedras, ramas, animales y mucho menos con  cuchillos. No le dejaba un solo instante.
Al niño le gustaba mucho ir al campo y cuando veía un árbol moribundo o seco, le decía a su mami: mami mira ese árbol se comió y tiene en su  barriga un caballo, a veces decía, un perro. Una gallina con diez pollitos, una serpiente, una vaca y muchos otros animales; pero el colmo para su madre fue cuando le dijo que un tronco tenía al Señor Jesucristo en su barriga y a La Virgen en una raiz, por lo que su mami, lloró amargamente y le reclamó a Dios por haberle dado un hijo asi, los vecinos lo llamaban El Bobo.
Una mañana de verano; Orlando, le rogó a su mami, que le llevase al campo, ella aceptó sin mucho gusto y al pasar por un puente sobre el río, ella resbaló y  se golpeó la cabeza, cayendo al rio. Y se hubiese ahogado si no fuese por que el niño se lanzó de chuzo, le arrastró a la orilla, le prestó primeros auxilios y gritó para que un vehículo le llevase al Hospital;  Orlando se quedó al cuidado de su tia Argemira, la que le permitió jugar y le trató como a un niño normal.
Cuando solo habían pasado cinco dias, se armó el zaperoco de que el niño había desaparecido, junto con unos cuchillos, unos panes, quesos y una gruesa cobija, lo que daba indicio  de secuestro. La policía, junto con todo el pueblo sin excepción  se dedicaron a su búsqueda sin poderlo hallar, su mami que ya estaba casi recuperada al saber la noticia, recayó y casi se muere, pero a los tres dias,  apareció el niño el hospital, llevando un costal a sus espaldas y al  estar frente a su mami, le abrazó y le dijo:¡¡¡ feliz cumpleaños mami!!! Y abriendo su costal, sacó una estatuilla del Señor Jesucristo al tiempo que le explicaba a su mami que ese era el Jesucristo que tenía el tronco en su barriga, que se lo había sacado; era tan perfecto, que causaba llanto al mirarle, igual le mostró un caballo, que parecía estar vivo y se lo entregó como regalo de cumpleaños. Su mami se recuperó y cambió la forma de tratar al niño, se convirtió en el mejor escultor del mundo y los dos vivieron muy felices comiendo perdices. Y colorín colorado este cuento se ha acabado.               
                                     

                                                                         LEMac.

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